Tu recuerdo llega a mí.
Llega como una tempestad acuosa,
Amorfamente te metes en mis entrañas,
Te experimento de una forma inusual.
Casi fantasmagóricamente tu figura se pasea en mis habitaciones
vacías, sin vida, frías.
Así tu densidad cubre todo el ambiente,
Llega como una tempestad acuosa,
Amorfamente te metes en mis entrañas,
Te experimento de una forma inusual.
Casi fantasmagóricamente tu figura se pasea en mis habitaciones
vacías, sin vida, frías.
Así tu densidad cubre todo el ambiente,
me llenas de flores y tu vapor se expande por la chimenea,
por la cornisa del balcón abierto de par en par.
Tal vez entraste por esa ventana abierta.
Lo cierto es que tu aroma a hora me persigue,
Me acalora...
La excitación de tu presencia desnuda en mi casa
me exista, me hace desearte, me hace sentirte,
me hace quererte tener.
El deseo de tus ojos mirándome, esos ojos ámbar,
que me persiguen, como los ojos de un gato al asecho,
Tu cabello rubio y rizado, tu sonrisa rosada,
tus mejillas blancas y jugosas.
Te ato a mis pensamientos, me seduce tu sentir
que se pasea entre las bambalinas de este,
mi teatro mental.
Te amo, Eudora. Te amo como no amo a nada,
Como no amo a nadie. Te amo Eudora.
Y tu presencia camina por mi casa,
se pasea en mi balcón, se desliza en mis sabanas de satín,
se mezcla con mis entrañas y termino en tus brazos,
te poseo, te deseo, te anhelo, te admiro, te adoro
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