Nací:
Y
siendo una niña contemple su belleza.
Sus
ríos que corren entre las veredas del campo
Mojando
la tierra negra, roja o cobriza.
Miré:
A
la oruga tejer su capullo,
Y
a las avispas hacer su panal,
Al
gorrión emprender el vuelo,
Y
al quetzal hacer su nidal.
Caminé:
Y
mis pasos pisaron la yerba
De
bosques e inmensas selvas,
Ahí
descubrí otros mundos;
De
arañas y cochinillas,
De
aves y manglares,
De
víboras y de felinos.
Crecí:
Como
vi crecer los manglares,
Como
crecen los ríos con el temporal.
Y
observe:
A
las marabuntas de langostas
Comerse
las siembras,
Y
a las marabuntas de hormigas
Pasearse
entre mis piernas.
Y
conviví:
Con
sapos que parecían piedras,
Y
visite cavernas llenas de agua,
Y
recorrí ruinas nunca exploradas,
Y
aprendí maya y tojolabal.
Me
case:
Y
tuve mi prole, mi descendencia,
Y
uno a uno los vi crecer,
Como
tantas veces contemple crecer
Las
hojas de los arboles entre la selva,
Las
lianas entre las grutas inciertas,
Y
el mañana en el atardecer.
Envejecí:
Como
envejecen los animales en los corrales,
Y
las auroras en el otoño,
Y
el invierno en diciembre,
Y
morí:
Como
muere la mariposa en pleno vuelo,
Como
muere la vida en pleno sol,
Como
muere la ansia en el incierto,
Como muere la tierra
por la sobreexplotació
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