sábado, 7 de diciembre de 2013

AMORES Y DESENFRENOS


Caminamos tú y yo por la playa un largo instante, los dos serenos nos miramos,
El sentido primordial de nuestra conversación se había engarzado en un silencio...
Lentamente y sin repiquetear las campanas, nuestros cuerpos se encaminaron a la soledad,
Ahí y en la privacidad del silencio, la arena fue nuestra cama nupcial.

Tus ojos, iluminados por el amanecer eran una puesta de sol, poética...
Lentamente te desnude con los ojos. Y no te imaginas todas las cosas que dibuje 
Abajo de tus ropas, tus senos voluptuosos, tus caderas firmes, tus nalgas redondas y sensibles,
Tus brazos dos enormes caminos mágicos. 

Caminamos tú y yo por la bruma de la plaza, esa plaza llena de algodones de azúcar...
Nos subimos a una bicicleta imaginaria y después de un instante, nos colgamos de un racimo de globos de colores, que nos llevó a otro tiempo...

Tu vestías un negligee trasparente, mis manos deseosas de tocarte, siguieron tu silueta hasta que esta, encontró un lugar cálido y  sutil para acostarse a descansar. Así, mis manos cubrieron tus hombros circulares,  y mis ojos se extasiaron al encontrar en tu mentón un pequeño hueco en donde me quede a dormir en posición fetal.

Caminamos tú y yo por la naturaleza perdida de campos insondables, indistintos. Y emprendimos la expedición a tus profundidades. Nos sumergimos a tus cataratas y en tus cuevas de marfil y oxidiana, me perdí inexorablemente, dejándome llevar por esta corriente marina que una vez más cubrió mi cuerpo con su electrizante éxtasis. 


Tu un naranjo en flor, y yo un ciruelo en ocaso. Tú la esencia de la naturaleza puesta en una bandeja de nailon, yo tu sentido más interno. Tú palpitar más puro, tu amor más eterno.

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