jueves, 21 de noviembre de 2013

REQUIEM



(Reconociendo a Macbeth)
III
Gloria,
 Inerte de derrotas imborrables,
De deseos incompletos e insatisfechos.
Gloria,
 De  errores taciturnos y magnánimos,
De abominaciones y de cuentos infantiles.
Gloria,
Que alcanzas con la muerte,
El valor nunca alcanzado con la vida.
Gloria,
 De un vaso de vino y una guirnalda de rosas,
De exámenes de conciencia mal recordados.
Gloria,
 De amaneceres y de anocheceres vividos,
De castas mujeres,
De prostitutas y de arrabales.
Gloria de pecados,
De atavíos, de mórbidas voces que nos llaman,
De fantasmas que se cruzan en nuestros caminos.
Gloria,
De clamores y de cantos divinos,
De planicies, de tundras y manglares.
Gloria,
De poetas, filósofos y dioses,
De artistas, músicos y pintores.
Gloria,
De templos, de iglesias y de santos,
De odas bastardas y demenciales.
Gloria,
De destierros, de lujuria y de llanos,
De soledades mal paridas y abortadas.
Gloria,
De mártires y de bastardos,
De réquiem y de tumbas encontradas.
Para ti  ¡oh gloria perdida!
Es mi canto y mi silencio.
Es mi voz un cumulo de muecas encontradas,
De casas y palacios solitarios,
Y de glorias nunca descubiertas.
Gloria,
De tierras perdidas y de hijas muertas,
De familiar purulentas.
Gloria,
De hipocresías banales y de falsos profetas,
De palabras huecas,
Como tu ¡oh Gloria perdida!
Yaces  en mi infierno encontrada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario