Subrealidades
tasita y cinética
Que
me lleva a imaginar un mundo más allá de esta tierra
Colapsada,
oscura por dentro aun que luminosa por fuera.
Lentamente
siento como la oscuridad se apodera de mí
Y me penetra con su daga en lo más profundo de
esta
Maldad
escondida que hay en mí.
Lentamente
me transformo, mis ropas se vuelven oscuras
Y
mi pelo se vuelve rojo como la sangre de mi dolor,
Así
me fugo en una rosa negra que me espina con
Ese
amor lúgubre, sádico y transitorio.
Mi
ser se transforma:
Y
me convierto en una pequeña partícula de este infierno nocturno,
Bebo
de su copa de oscuridad noctambula
Y
mis colmillos crecen como los de un lobo
Que
le aúlla a la luna en una noche llena de malicia.
Mis
extremidades se convierten en garras,
Que
desgarran lo poco de humana que quedaba en mí
Una
lágrima negra se despide de mí ser atormentado.
Más
en vez de arrepentirme
Mi
mente ha matado a mis padres en mis sueños,
A
hora soy esto que soy.
He renacido al preludio de lo que nunca vi,
De
nuevo vuelvo a respirar lenta y profundamente,
Mis
brazos son patas que corren en medio de un bosque medieval.
El
castillo de la pureza se rompió delante de mí con mi dolor,
Ya
no hay más cuentos de hadas.
Ahora
soy una oda de un final amargo y putrefacto
Que
se convierte en un pantano inmenso.
Ciénaga
inaudita de recuerdos dolorosos
De
mi infancia violada y fragmentada por mi misma familia,
De
una lucha constante de niñez envilecida
De
suicidios latentes y constantes
De
una fe que oscilaba entre brujos y calderas rotas,
De
miseria humana que no tiene compasión ni pena.
Y
que lentamente me convirtieron en este ser oscuro y frío,
Lúgubre
y maldito que ahora baja por las calles del olvido.
En
mi traje oscuro me oculto en las sombras de la muerte
Y
mi corazón es una rosa y marchita,
Que
se muestra cuando me besas en la boca
Helada
como el mismo frio del polo norte,
Mis
ojos se han vuelto dos fogones al rojo vivo,
Ahora
yo devoro las almas que en debilidad
Se
fragmentan como yo.
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