En este vacío intermitente me miro,
Soy un no ser melancólico, fútil, perene…
-Gusano- ser inmundo y regordete que comes la vid de tu
miseria.
Mírate en ese espejo codicioso, lleno de hediondos y
terribles susurros-
-me miras-
-te miras-
-me pierdo-
-te pierdes-
En esta vacuidad contemplativa, templo de angustia y
degeneres;
Como los 120 días de Sodoma del Márquez de Sade,
A quien por mucho tiempo odie y admire en secreto.
Con sus más castos deseos que eran mis más castos anhelos,
Sedientos de enjuagues voraces y envenenados por mi falsa
moral.
Moral hedionda, libido impalpable de mujeres
desvirgadas y sedientas,
Siempre insatisfechas, siempre deseosas de carne, de semen,
de ser.
Así, la noche de Marlon transcurrió entre orgias, sedientas
de hambre y de poesía,
De sexo virginal y angustiante, pues nuestra sexualidad
siempre es tímida,
Siempre es ese néctar que se liba y se deja palpar con las
manos de la muerte,
Pues hasta el más sublime orgasmo es la manifestación de
morirse,
Morirse…. Disfrutarse….. Peinar el alma, sepultar el alma,
preguntarse:
¿Acaso la diferencia es mucha? ¿Acaso no es la muerte el
estado más pleno de la vida?
Y ¿Qué no toda parturiente que da vida se enfrenta al
orgasmo de la muerte?
-Morir-
-Vivir-
Son harina de un mismo costal, sediento por agua… es amasado
por la vida,
Hasta calentar el pan de un horno interminable de penas y de
juicios prejuiciosos,
Fútiles y vanos,
¿Cómo tus deseos?
-Me deseas- pero tu falsa moral te hará detenerte. –siempre
te detienes-
Pero yo sé lo que desean tus labios, tus ojos, tu sexo.
-me deseas y me sueñas-
Sueñas conmigo, yo soy tu muerte en vida.
Pero sabes que si das un paso en falso caerás al abismo de
tus propios deseos ocultos,
-Pues no le contarías a nadie lo que yo te provoco-
Pero miro tus ojos y veo el fuego en ellos, la pasión, el
deseo,
Y no puedes evitarlo, -sabes que te has salido de todos tus
lineamientos éticos-
Has roto tus propias reglas y ahora solo te falta dar el
último paso al abismo.
-me mira- te beso.
Y en ese beso interminable naufrago en tus textos y en tus
coplas,
Me enjuago ente bosques inauditos de hadas y de templos
perdidos,
Y ahora aquí en este diván te desnudo, te poseo, te envuelvo
con mis alas,
Y te conduzco a la última parada de este mundo…
Tu orgasmo se presura ante mis ojos y ahora el paso a sido
dado,
Tu sarcófago está abierto y en el tu moral a sido enterrada
junto con tu ética prejuiciosa,
A hora eres libre de ti misma y ya no eres más un gusano
purulento,
Ahora eres una mariposa, y vuelas junto a mí montadas en las
coplas de todos tus anhelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario