miércoles, 27 de noviembre de 2013

LUCIENDOTE


Como dos lámparas encendidas que se encuentran en un texto impreso,
Así tu corazón se imprimió en mis caderas…
Bañándolas de alboradas de luz y matices fluorescentes,
Pero luego descubrí lentamente que todo era un sueño.
Una dulce fantasía que tan solo había inventado mi memoria,
Esa memoria frágil como papel de china.
Pero tú no me querías, todo era una mentira,
Una ilusión falsa y pasajera,
Llena de te amos ilusorios e irreales.
Y juraste por mil estatuas y santos y dioses,
Pero en el fondo de tu alma no podías amarme,
Tu vaina se partió como dos frijoles abiertos,
Y yo tome mis cosas y me fugue con la mañana,
Prefería dejarte a solas  y en silencio,
Y no volver atrás cerrando mis ojos para no ver tus miedos,
Ya era tarde amado mío para resarcir el tiempo,
Que hoy se desgrana como una mazorca lista para la molienda,
Y así toda desgranada y dolina me fugue entre los libros y otros textos,
Leí filosofía de otros tiempos, a Neruda y Amado Nervo,
Y descubrí que el amor sincero,
Es aquel que en la tinta y una hoja deja eco.


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