lunes, 25 de noviembre de 2013

ANSIEDAD



Ansias colapsadas de lujuria y desdén,
Colapso en el orden de una memoria añeja y desvencijada,
Preguntas que se preguntas ¿Quiénes son en otras preguntas inertes?
Mortandad y hastió es lo que yace el frio conflicto de la no existencia.
¿Quién soy? La nada inexistente que habita en un cumulo ontológico de existencia
La luz que matinalmente nace y diariamente muere con la noche,
Un pájaro solitario o un zopilote hambriento y voraz.

¿Quién soy? Carne y huesos que contemplan el holocausto infernal,
Una manta que cobija a algún pordiosero o mendigo,
El vacio de todo sentimiento y emoción,
Una célula perdida en un cuerpo aparente,
La nada eso es lo que soy, la nada que se queda sin pensar.

¿Pero acaso yo, la nada no puedo ser? ¿Qué quiero ser?
Una flor en la pradera,
El aire en una mañana de otoño,
La distinción entre una luz clara y otra oscura,
El mar muerto del cual se recopilaron los rollos perdidos.
Preguntas y más preguntas que se contesta mil veces diferentes
A sí mismas.
Y en donde ellas mismas, son dudas inexorables de una verdad abatida
Y casi inhumana, pero ¿Qué si soy?
La chatarra tirada en basurero,
El cuento bizarro que leía mi madre por las noches,
La virgen con su foco de luz colorida,
El silencio.
Si, el lenguaje que se enmarca como un colofón perdido,
Ese que en las tumbas de los dioses mayas,
Se cobijaron con perlas preciosas y jades.
Pero el preguntar es más  que la iniquidad de las palabras que se mezclan.
Es la combinación exacta de un conjunto de frases entrelazadas,
Puntos, comas, símbolos e ideas.

Como el amor. No hay poesía sin amor u odio,
Y ¿Qué sería del lenguaje sin el amor u odio?
Amor, odio.
Dos palabras tan simples y tan complejas,
Como la misma pasión de los sentidos que se mezcla,
En esa carga inherente que llamamos contradicción.
¿Por qué la vida es eso?
Una eterna contradicción entre una poesía amatoria,
Y una poesía caustica, mordaz y crítica,
Que esconde en sus hermosas palabras,
La maldad enterrada y enraizada en la perversa
Idea de sacar el amor u el odio de nuestra alma.

¿Qué es el amor? Esa esencia majestuosa que nos invade
Y nos colapsa en una idea permanente por eso algo
Inalcanzable e iracundo llamado amor poético. 
El amor es nuestra musa desgarrada y tantas veces
Cobijada por la desesperanza y la falta de fe.
El amor es el encuentro y la disipación de las penas,
Pero al mismo tiempo la contradicción del deseo  y la carne.

¿Qué es el odio? Es la misma fuerza pero inversa,
Que nos penetra y a la cual no queremos acceder
Pero accedemos.
Te odio, te amo,
Te altero, te gozo.
Alteridad permanente de nuestra eterna disyuntiva
Misantrópica e irreal.
Luego nos eludimos como en un viaje interminable
De mentiras y verdades,
De resultados y de errores permanentes.
Pero tanto el amor como el odio, nos drogan,
Duplicando nuestra razón disoluta.
A hora soy nada.
Soy irreal como las palabras, como tus besos que uno a uno
Se fundieron y ahora reposan aquí dentro de mi alma y de mi recuerdo.
Luego me esfumo  atreves de tu pluma
Y esbozo un garabato en el papel.
Pero  regreso a ti nuevamente, como el amado regresa al cobijo
Y la mujer adultera regresa a su madriguera.
Pero tú me exilias en la bitácora de tus días usureros
Y me refugias de nuevo en tus pensamientos.
Como niño pequeño me bañas con tus lágrimas de tinta,
Y luego me envuelves en papeles corrugados para que me seque,
Y me amas, pero también me odias.
Amor y odio dos fuerzas yuxtapuestas y necesarias.

Ahora soy silencio de nueva cuenta.
Un silencio idealizado y fantasioso
Como tú mismo preguntarte por lo que se ama
Y se odia al mismo tiempo.
Y harta de tu procastinaciones permanente,
Me fugo en una nube de algodón dulce y platinado,
Soy la nada de un refugió encontrado,
El dintel roto de una ventana exterior expuesta,
La respuesta a todas tus preguntas
Y el silencio de todas tus carencias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario