lunes, 16 de junio de 2014

EN LA MIRADA DEL ESPEJO.


Adjunto mis emociones dentro de este cajón de madera y pino.
Y engrapándolas junto al corazón, partido por la lanza de mármol y piedra.
Caloso mi destino en el tatuaje de la vida que se dibuja en la montaña.
Y en la mirada de tus ojos pelones y llenos de oscuridad, me meso,
A través de tus cuencas vacías…
Elevándome…
Pues tú siempre me inspiras, me elevas, huesuda de mis adentros, muerte de emblemáticas poesías, de cuentos, de marginación, de hambre, de ricos de pobres, de misterios.
Muerte de poetas y novelistas, de azares, de filosofías, de palabras, de huesos…
Si…
Siempre de huesos…
Huesos blancos y pulimentados con el desgaste del tiempo,
Hueso de cal y clásico... hollados, huesudos, vacíos, sin lleva, sin sal.
Tu mirada se vuelve huevo y tu huevo se vuelve vida, y la vida
Se vuelve ataúd, y el ataúd se vuelve esencia…
Así tú siempre estás aquí, atrás de mis espaldas, guiándome con tu mano
De joyas de la nada…
Me dibujas en las nubes,
Me escribes en tu libro de promesas
De futuros, de páginas en blanco
De preguntas nunca contestadas.
Muerte de sentires profundos...
Como los de los poetas...
Si...
Los poetas que aman tanto aman tanto.. Que mueren tanto

Por amar. 

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