Alcanzando la meditación más profunda,
Me veo a misma caminando por un
laberinto de arena y copal.
La luna platinada cuelga en lo alto de
aquel peculiar camino,
Mientras mis manos desesperadamente te
buscan,
En medio de las áridas arenas del
pensamiento y el tiempo,
Los milenios se han cerrado.
Y ahora esto aquí, tras la joya perdida
de un rio interminable,
Buscando las alas perdidas de un Ángel,
Que hace mucho tiempo dejo de ser
aquello
Que en principio existió.
Más nunca se deja de ser lo que se ha
sido,
Mas el amor que todo lo ve,
En realidad se expresa así. ..
Amor amándote… amándote esperándote...
Amándote hasta llegar a aquella vereda
De linos y pinos frescos, de sauces y de
mariposas
Resucitando dentro sus capullos…
Así es mi corazón…
Resucita por ti cada vez que en el
Desierto de tu corazón, la inexistencia
existe…
Te amo…
Eso es inevitable, ineludible…
Te amo eso es lo que expresa en cada
gota de mi alma,
En cada esfinge de mi corazón, y en cada
peldaño de mi mente…
Mis dioptrías te anhelan ver
Y mi arpa encendida por el humo de una antorcha
a plena luz,
Ansia escuchar tu melódica existencia,
Vibrando por medio de este árbol vitalicio
Que se detienen en medio de un infinito
nunca alcanzable,
Siempre… nunca terminado…
Más que por el último suspiro cobijado,
que se desprenderá de ti y de mí…
Pues al final así es nuestro poema,
Así es nuestra canción, así es el corazón,
Que enmudece por un beso…
Por un ansia, por un trinar
Mas la negación es nuestra presencia,
Nuestro presente y nuestro final.
Ahora solo nos queda,
Un solo esbozo,
Un solo camino…
Un solo final…
El final de los tiempo…
La última palabra que Diosnos dará.
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