Estamos en tu piel, nos
conectamos con tu alma y la sensibilidad sensorial de tus emociones,
comprendemos cada diminuto punto
escondido de tus carnes, nos filtramos atreves de tu espesa niebla paulatina y
coloriforme, Vivimos en ti desde hace años y toda via nos preguntas ¿Quiénes somos?
Somos tus deseos reprimidos. La nostalgia de unos labios nunca besados, de unos
ojos nunca mirados, de unos oídos nunca escuchados, de un cuerpo nunca tocado,
ni por el amor, ni por el odio.
Estamos aquí viviendo en
ti desde hace años, cohabitamos contigo cada mañana, y te incitamos al pecado
más sucio y ruin que tu mente pueda concebir. Somos tu fatal perversión, tu más
oculta sumisión, tus desniveles y descontroles, tu afora y tu corintos, todo
junto y mezclado. Somos tus deseos carnales, tus demonios ocultos, lo que no te
atreves ni a pronunciar, pero cada noche se hace presente en las letras que
dejamos escritas en tu cuerpo, en tu debilidad, en tu aforismo, en tu
entrenamiento, en tu sexo.
Somos la densidad quilométrica,
la expansión caustica, tu piel más temida, las manos más deseadas, tu acumulación
de sueños retorcidos. Somos tu desnudéis, tus carnes trémulas, tu busto, tus
piernas, tus pezones que te hablan, calientes como un desierto, cálidos como la
arena del mar de la lujuria. Y estamos aquí para ti, si para ti. Tócanos, siéntenos,
mímanos, contémplanos, porque no nos iremos, jamás nos iremos, pues hasta la
hora de tu muerte te acompañaremos, te seguiremos, hasta que el ultimo gusano
de tus entrañas desaparezca de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario