viernes, 29 de noviembre de 2013

PROFUNDIDAD DE GATO.


Pausada y sigilosa. Lenta como una pauta en una escala musical. Lenta y sigiloso.
Te veo cómo te balanceas acechándome, acercándote como una niña pequeña,
Escondiéndote entre los recovecos de las cosas y tallándote entre ellas. 
Pasas por entre la sala y te meneas con tu cintura plástica, toda llena de arañazos 
Lames el sillón, me miras mientras continuas tu paso gatuno hacia mí, 
Te arrastras como encorvándote y luego te deslizas. Le prendes fuego a la chimenea,
Me hipnotizas... 

Para después tener que ser yo el que sigua tu rastro, tus huellas y con tu mirada felina, 
Te vas como llegaste...deslizándote entre las sombras, 
Yo sigo con la mirada tu pies de gato, que en la sombra pierden su desnudes oscura,
me pierdo lentamente con una mirada fija entre tus sombras, me dejo llevar por la excitación que me provoca tu juego, ese juego siempre placentera, me gusta jugar tu juego, siempre poniendo los dados donde tú quieres, me miras con tus ojos inquietos, meneas tus dedos y me llamas, me seduces, me desnudas, 
Me embriagas, me empalmas, me encuentras, me descobijas, me desdibujas, me arañas, me muerdes, te trepas encima de mí, me lames, me gruñes. 

Y luego desapareces como llegaste, mujer noctambula, dama oscura de mis desvelos, de mis insomnios, de mis filosofías de vida y de muerte, de mis enjuagues mentales, de mis libertades zen, de mis poemas desnudos, de mis poemas encarnizados, de mis poemas sociales, de mi ignorancia y mi conocimiento. 


Mujer felina, mujer saturnina, mujer de rojo, de café, de membrillo y canela, de fulgor y de fogones rojos, de Osiris en el templo, de tempestades de arenas mojadas, de partidas, de esperas, de torres, de manadas y de soledades. Tu mujer, mujer, mujer de azafrán. 

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