Pausada y sigilosa. Lenta como una pauta en una escala musical.
Lenta y sigiloso.
Te veo cómo te balanceas acechándome, acercándote
como una niña pequeña,
Escondiéndote entre los recovecos de las
cosas y tallándote entre ellas.
Pasas por entre la sala y te meneas con tu
cintura plástica, toda llena de arañazos
Lames el sillón, me miras mientras
continuas tu paso gatuno hacia mí,
Te arrastras como encorvándote y luego te
deslizas. Le prendes fuego a la chimenea,
Me hipnotizas...
Para después tener que ser yo el que sigua
tu rastro, tus huellas y con tu mirada felina,
Te vas como llegaste...deslizándote entre
las sombras,
Yo sigo con la mirada tu pies de gato, que
en la sombra pierden su desnudes oscura,
me pierdo lentamente con una mirada fija
entre tus sombras, me dejo llevar por la excitación que me provoca tu juego,
ese juego siempre placentera, me gusta jugar tu juego, siempre poniendo los
dados donde tú quieres, me miras con tus ojos inquietos, meneas tus dedos y me
llamas, me seduces, me desnudas,
Me embriagas, me empalmas, me encuentras,
me descobijas, me desdibujas, me arañas, me muerdes, te trepas encima de mí, me
lames, me gruñes.
Y luego desapareces como llegaste, mujer
noctambula, dama oscura de mis desvelos, de mis insomnios, de mis filosofías de
vida y de muerte, de mis enjuagues mentales, de mis libertades zen, de mis
poemas desnudos, de mis poemas encarnizados, de mis poemas sociales, de mi
ignorancia y mi conocimiento.
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