Orfeo y síntesis de amores platónicos.
Llenos de encuentros y desencuentros
De principios y de finales abyectos,
Diurnos y nocturnos que se enmarañan,
Emancipando lo que nunca será.
Deseamos y esperamos el tiempo,
Con los ojos llenos de esperanzadoras miradas,
Nos alejamos en una esencia calmada y serena,
Suministrándonos una ilusión utópica,
Nos adormecemos como anestésico y calmante.
Así nos dejamos envolver por el no ser, siendo,
Que nos despierta de nuestro húmedo letargo,
Yendo y viniendo…. siempre alertas,
Siempre a la defensiva de lo otro, que no soy yo,
De aquello que nos da miedo,
De aquello que en el temor de nuestra agonía,
Se diluye en ese abyecto diletante,
De lo que nunca pudo ser.
Pero la espera es ternura y calma,
Trémulamente se mete en nuestros huesos rotos,
Carcomidos por la fragilidad,
Y en llagas humectadas se llega hacia adentro,
Fucilándonos el cantar de los cantares,
Nos encontramos con este poema.
De piernas abiertas y miradas cerradas,
La nostalgia se hace presente….
Precaria como la música de un antro cualquiera,
Bailamos con los pies descalzos,
Para después de algunos alcoholes,
Meterme entre tus cobijas desnuda,
Te beso tu sexo enardecido,
Y tomo el camión de nunca jamás,
Entretejo la araña de un ser sin tiempo
Y en ella me pierdo para olvidar….
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