-Miradle-
esa… memoria que ahora
Se
arrastra como un despojo más.
Y
que en otro tiempo,
Era
aquella conciencia
Que
se bestia con la verdad.
-Miradle-
ese despojo que en anhelos
Desperfectos
se perdió en la corporeidad,
Y
se deleito de sus placeres
Hasta
la bastedad.
-Miradle-
con los ojos tuertos,
Casi
ciegos, pues a pesar de
Que
el poder torturo su frenesí la
Volvió
una tortuga clandestina, pasiva y adultera
De
sus propios ideales corrompidos.
-Miradle-
como se mira al despojos de un basurero,
Aterciopelado
de hongos y excremento,
Sórdido
como el desierto oscuro,
Plagado
de animales carroñeros
Y
rastreros roedores.
Así
es el cancerbero social,
Impío
para con su prole, llena de pobreza,
Incólume
de promesas rotas,
Absurdas
vascas políticas,
Suculento
alimento de pobres
Y
pordioseros, que esperan
Las
migajas de un poderoso que llegue;
A
sanarlos,
A
salvarlos.
¡Piedad
exclama!
¡Piedad!
-Piedad-
absurda y pasional,
Febril.
Llena
de contradicciones utópicas,
Ilusiones,
Espejuelos,
Magia.
Así
los pobres –miran a la justicia pasar-
-Siempre
pasa-,
-Siempre
lenta-,
-Siempre
arrastras-.
-Miradle-
con los ojos bien abiertos,
Con
los sudares de frentes secas de sed,
Y
de bocas siempre hambrientas,
Sumisas,
Cansadas,
Llanas.
Calladas-
pues en ellas habita el silencio-
Pues
en ellas tan solo habita el silencio.
Silencio.
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