Cuchillos
que traspasan la piel,
Densidad
edometría que palpita y luego se confunde,
Con
aquello que se deseo…
Con
aquello que se perdió,
Con
aquello que se amo.
Y
que ahora en la oscilación nocturna se quedo aquí,
En
esta enferma conducta llena de prejuicios.
Diluyéndome,
sanándome,
Volviéndome
a esa locura artística,
Artesanal
como la menta y la plastilina.
Como
los remedios y las curas antiguas.
Como
las vendedoras de dietas.
Mágica
conducta humana,
Que
por tratar de ser dioses,
Son
dioses de un mar de barro y canela.
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