Mi mudez se expresa en tu cordillera inquieta.
En ese cuchicheo de señoras a medio terminar humano.
Llena de experiencia y sin fingimientos, la imaginación
Preña mis nostalgias con tu antagónico recuerdo.
Pasado… sin pensamiento.
Pues me encuentro hundido en medio de tu ombligo
Y tus caderas que se cruzan en mi camino,
Y me hacen suspirar por el cáliz de tu intimidad creadora.
Mientras la figura emblemática del Mío Cid se levanta en tus senos.
Presente… sin fotografías.
Que camina entre tu monte de venus meciéndose cual caballero
Galopas en corcel sediento,
Por las arenas de un
desierto amatista y purpura.
Futuro… De renacimientos.
Así son tus adentros,
la caja de pandora llena de secretos aun sin descubrir,
La inspiradora de la elocuente
locura del arte y la mística del alma que se mezclan
En la codicia de un beso callado y profundo…
Pluscuamperfecto del verbo Amar…
Amatorio de conventos sutiles y morales.
Con la cruz a cuesta va mi brazo embriagando tu dimensión calcase.
Así, y en presencia del cáliz de esta ciencia…
Mis piernas cobijan tu azul magenta.
Estepa de praderas y
valles,
De desiertos y mares que aún no surgen de lleno,
Planeta de nueve lunas y doce soles.
De amores profundos y llenos de magia e ilusión.
Normandía de mancebos salerosos.
Dinastía de celeste céfiros ardientes y voraces…
Que como niños inquietos; pueblan la dimensión inspiradora
De tu cándida incitación.
Llanura de emblemáticas palabras torcidas y ardientes.
Febriles como la inspiración de una flama olímpica que
navega.
Copretérito de Seducción…
Seducción que se deja para las horas de alianza y calma.
Limbo de pensamientos y deseos adormilados con tequila y
pinceles.
Que en presencia de canticos y musas vaporosas que
Se mesen en las horas arraigadas de mi inexistencia insociable.
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