sábado, 3 de mayo de 2014

DISTRIBUCIÓN BINARIA




Como me gustaría surcarte, venderme, adentrarme dentro de ti, 
Como un virus de computadora...
Así podría vencer todos tus parámetros, 
Y cohabitar entre tus configuraciones, 
Hasta convertirme en un bits de tu temporalidad programada. 

Como me gustaría, estremecer cada uno de tus componentes...
Hasta volverme un cálculo diferencial más de tu memoria y perderme,
En ti, como me pierdo en las páginas de búsqueda, 
En los sentimientos, frígidos de esta sociedad sin emblemas fijos,
Sin banderas propias... mas las que nos vende este mundo de acertijos. 

Así me adentraría por tus curvas, por tus senos, por tus ojos, por tus adentros 
Por tus desiertos de arena y sombras, por tus alas de plumas y colores, 
Hasta llegar a tu corazón. Abro tus piernas y me sumerjo en tus nalgas,
Beso tus estalactitas de piedra y me enredo en tu crucifijo de santidad electrónica. 

Me detengo un minuto y contemplo como todo el tiempo parece derretirse con el encendido de miles de velas que se encienden a lo lejos, entre un aflicción fantasmagórica llegas a mí, abres tus cortinas de terciopelo rojo y me dejas entrar entre tus piernas que se abren para mí, sedientas de miles de palabras que pronuncien tu nombre, mi nombre. 

¿Cuál nombre? 
El único nombre que ni tus labios, ni los mis pudieron nombrar, el nombre de lo amado. 
Distribución binaria de parpadeos encontrados y que disimulan entre una y miles historias que están aquí, en la existencia de tu memoria,
De tu pasado que muchas veces te tortura,
Pero yo voy por ti, cediendo lentamente, venciendo tus dragones internos,
Vencido tus trabas, para que te des cuenta que te amo.
Que te amor. Que te amo…

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