martes, 10 de diciembre de 2013

ESENCIA DE CANELA



Las alondras de una meditación profunda y concomitante con mi reflexión. 
Te crearon y en esa matemática cuadrática, de pensamiento subterfugios
Comencé a narrarte una y otra vez en mi pensamiento. 
Tus ojos, el deseo teatral de miles de bailarines que jubilosos danzan 
En medio de un carnaval festivo y alegre. 
Tus cabellos, el algodón de azúcar, que se me atojaba cuando pasaba 
Por alguna feria callejera y no podía comprarlo porque no tenía ni un céntimo en mi bolsa. 
Tu rostro, la laguna donde di mi primer beso de amor. 
Tus ojos, dos mandarinas que gajo por gajo, delimitaron tu rostro hasta convertirlo en la iluminación de un fractal infinitesimalmente dibujado. 
Tus labios, las rosas y las granadas de una tarde de verano en la concordia, tomándome unan limonada observando a los niños jugar. 
Tus orejas. Dos gaviotas libres volando sobre el mar, buscando algún antojo mañanero. 
Tu cuello. Una estola de pétalos que cubren tu desnudes. 
Tus hombros. Dos columpios y un trompo para balancearme en ellos. 
Tus brazos, mi amada resortera. 
Tus manos, las hojas que vuelan cuando cae la tarde en una noche de verano con viento. 
Tu torso la distancia que existe entre tú y mis deseos más profundos. 
Tus senos. Dos fuentes, chorreando merengue. 
Tu ombligo. La alberca que nunca he tenido. 
Tus caderas. El paréntesis de mis silencios. 
Tu sexo. La almohada donde quiero soñar. 
Tus piernas. Mi camino hacia un futuro, en donde no tenga que hacer planes para llegar. 
Tus rodillas. Dos puerco espines. 
Tus pies. Dos carritos de carreras para que nunca te pueda alcanzar la edad. 

Tus dedos...Las raíces donde quiero descansar. 

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