jueves, 12 de diciembre de 2013

COBIJO Y FORTUNIO

Figurativamente creo en ti. Creo en ti como una abstracción que pende de un cordón, como el péndulo de Foucault depende de su maquinaria para existir.

Figurativamente creo en ti. Creo en ti como un hilo que se menea con el aire de un vendaval, 
Así creo en ti. Creo en ti como un cuerpo fino, lleno de orificios. O como un chef cree en un manjar delicioso. 

Figurativamente creo en ti. Creo en ti como un desaliñado vagabundo, como un trotamundos que quiere surcar todas tus venencias, todas tus Francias y todas tus Italias juntas, quiero pasearme en tus góndolas, subir a tus múltiples torres, pasearme por tus mares y cobijarme con tus atardeceres de vino y jauja. 

Figurativamente creo en ti. Creo en ti como una cocha de mar cree en la arena, como un matemático cree en la suma de los catetos, como un médico cree en los medicamentos, como un padre cree en el agua bendita. 

Así yo creo en ti, de forma figurativa, casi relativo creo en ti. Creo en tus ficciones y fantasías, en tus quimeras e utopías, en tus destierros, en tus decibeles, en tus naufragados y en tus codornices, en tus pavos de navidad y en su relleno. 

Creo en ti como un fragmento de poesía inacabada, como una forma cree en sus lados, como una citara cree en su artista, como un cuadro cree que está pintado. 


Así figurativamente creo en ti, creo en ti, Tanto como creo en mí. Aun que sabes, aun hoy sigo creyendo más en ti, que en mi...

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